Otra manera de contar historias




En el ámbito fotográfico, cuando hablamos de contar historias normalmente nos referimos a aquellas imágenes que transmiten conceptos, dejándonos algo que va más allá de lo visual. También es aplicable el término a aquellas fotografías que combinadas entre sí relatan un suceso, o desarrollan una idea. Sin embargo, también es posible contar historias haciendo uso de elementos cotidianos y en formatos tradicionales, como es el retrato, y tenemos a nuestro alcance una herramienta sencilla para lograrlo.

Se trata del disparo en secuencias, ya sea programado en forma automática o hecho a mano. Normalmente utilizamos este recurso para llegar a un fin, que sería el de capturar algún momento o gesto que quizás se nos escape en una primera toma, para luego elegir la que mejor haya salido. Sin embargo, también podemos obtener buenos resultados haciendo del disparo de secuencias un fin en sí mismo. Esto se debe a que algunas imágenes cobran interés cuando se las presenta como parte de una grupo, y por el contrario, pierden fuerza cuando se las aísla.
Fotografías de Zinkwazi (Sitio Web)

Lo que hay que cuidar para lograr el efecto deseado es que la atmósfera y la temática se mantengan a lo largo de la secuencia entera, al igual que las configuraciones generales de la cámara y el tratamiento dado al post-procesado. Si estas cambian drásticamente de una toma a otra, a los ojos del espectador la secuencia no tendrá continuidad. Obviamente tampoco queremos irnos al extremo y aburrir, así que cada toma deberá aportar algo que complemente a las demás, para no repetir lo mismo vez tras vez.
La flexibilidad en cuanto a la repetición y los cambios entre una captura y otra dependerá mucho de la temática y la composición de cada secuencia, pero a modo de ejemplo podéis ver las imágenes que ilustran esta entrada, y aplicar los conceptos explicados según lo requiera cada caso. Prueba el disparo en secuencias y cuenta historias sencillas que agreguen interés a tus trabajos.

No hay comentarios: